Tras un pequeño descanso vacacional, vuelvo a la carga con las reseñas. En este caso, le toca a una película que vi antes de las vacaciones, la penúltima película de Kwak Jae-young, director de My Sassy Girl o Windstruck, entre otras.
Antes que ésta me vi la última, Cyborg She, que aunque no la comenté por aquí, por ser de la etapa en la que tenía cerrado el blog, debo decir que me gustó. Quizá esté un peldaño por debajo de Windstruck o Classic, y desde luego un par de ellos por debajo de My Sassy Girl, pero no estaba mal.
En cambio, con My Mighty Princess puedo decir que me he llevado mi primera desilusión con este director coreano. La historia gira en torno a So-hwi, hija de uno de los cuatro mayores guerreros de artes marciales. Ella debería heredar el golpe letal de su madre y seguir la tradición de su clan, pero prefiere ir a la universidad, donde conoce a un chico y se enamora, planteándosele el dilema de elegir entre ser una chica normal o ser una toda una maestra de las artes marciales.
El romance, ya sea con toques de comedia como en My Sassy Girl o el más puro drama como en Classic, siempre ha sido el fondo de las películas de este hombre. Y en cada una de ellas buscaba una ambientación diferente para contar una historia de amor; en el caso de My Mighty Princess, las artes marciales y el encuentro con el género wuxia del cine chino.
Pero más allá de esta mezcla de géneros, en el que la película no se acaba de posicionar claramente, una de las cosas que no me convence es su estilo, muy videoclipero, con esas canciones tan repetitivas siempre que salían los personajes, especialmente el odioso chico de la moto. La historia tampoco me dijo mucho. Presenta la clásica elección entre una vida normal e integrada en la sociedad, como una persona normal, y otra donde se acepta que se es distinto. A la vez, nos deja diversos triángulos y cuadrángulos amorosos, bastante aburridos desde mi punto de vista. Sumado al hecho de que la historia es un tanto previsible y la realización de ésta no aporta nada interesante.
Las escenas de los combates son pasables, aunque si no sois fan del género wuxia ya sabéis lo que os vais a encontrar: gente volando, golpes imposibles, etc. A mi personalmente no me desagrada, aunque tampoco me acaba de convencer por lo general, y eso, sumado a la indiferencia que sentía respecto a los personajes y a la historia, hizo que no me interesara mucho la historia al final.
Desde mi punto de vista, un pequeño bache para Jae-young, del que luego, por lo que pude ver, se recuperó en She Cyborg. Ahora a esperar su siguiente película, que ojalá siga por los clásicos derroteros, y no por el de esta My Mighty Princess.
Antes que ésta me vi la última, Cyborg She, que aunque no la comenté por aquí, por ser de la etapa en la que tenía cerrado el blog, debo decir que me gustó. Quizá esté un peldaño por debajo de Windstruck o Classic, y desde luego un par de ellos por debajo de My Sassy Girl, pero no estaba mal.
En cambio, con My Mighty Princess puedo decir que me he llevado mi primera desilusión con este director coreano. La historia gira en torno a So-hwi, hija de uno de los cuatro mayores guerreros de artes marciales. Ella debería heredar el golpe letal de su madre y seguir la tradición de su clan, pero prefiere ir a la universidad, donde conoce a un chico y se enamora, planteándosele el dilema de elegir entre ser una chica normal o ser una toda una maestra de las artes marciales.
El romance, ya sea con toques de comedia como en My Sassy Girl o el más puro drama como en Classic, siempre ha sido el fondo de las películas de este hombre. Y en cada una de ellas buscaba una ambientación diferente para contar una historia de amor; en el caso de My Mighty Princess, las artes marciales y el encuentro con el género wuxia del cine chino.
Pero más allá de esta mezcla de géneros, en el que la película no se acaba de posicionar claramente, una de las cosas que no me convence es su estilo, muy videoclipero, con esas canciones tan repetitivas siempre que salían los personajes, especialmente el odioso chico de la moto. La historia tampoco me dijo mucho. Presenta la clásica elección entre una vida normal e integrada en la sociedad, como una persona normal, y otra donde se acepta que se es distinto. A la vez, nos deja diversos triángulos y cuadrángulos amorosos, bastante aburridos desde mi punto de vista. Sumado al hecho de que la historia es un tanto previsible y la realización de ésta no aporta nada interesante.
Las escenas de los combates son pasables, aunque si no sois fan del género wuxia ya sabéis lo que os vais a encontrar: gente volando, golpes imposibles, etc. A mi personalmente no me desagrada, aunque tampoco me acaba de convencer por lo general, y eso, sumado a la indiferencia que sentía respecto a los personajes y a la historia, hizo que no me interesara mucho la historia al final.
Desde mi punto de vista, un pequeño bache para Jae-young, del que luego, por lo que pude ver, se recuperó en She Cyborg. Ahora a esperar su siguiente película, que ojalá siga por los clásicos derroteros, y no por el de esta My Mighty Princess.
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