Hoy os voy a hablar de una serie diferente a lo que se suele ver habitualmente en la televisión. Y para ello, hay que recurrir a la televisión británica, la (ya no tanto, pero todavía) gran desconocida.
Black Mirror consta de tres episodios de entre 40 y 50 minutos, cada uno de los cuales gira en torno a las nuevas tecnologías o posibles tecnologías futuras y cómo afectan a la vida cotidiana. Este es el único nexo en común que tienen estos tres episodios, que por otra parte no presentan a los mismos actores o directores. Tenemos por tanto una serie de realidades alternativas o futuros distópicos, con un claro toque de ciencia-ficción pero siempre mostrándose bastante realista. A continuación os hablaré con más detalle de cada uno de los episodios.
The National Anthem, ficha en FilmAffinity.
El primer episodio es el que presenta el realidad alternativa más cercana, que podría ser sin problemas el presente. No hay duda de que uno de los hechos más relevantes de los últimos años es el auge de Twitter y la consolidación de las redes sociales como medio de difusión de noticias. ¿Cómo afecta esto a nuestra vida?
Para reflejar este hecho, el primer episodio presenta un morboso caso: la princesa más querida de la casa real británica ha sido raptada, y el secuestrador amenaza con matarla si el Primer Ministro no sale en directo en todas las cadenas a determinada hora manteniendo sexo con un cerdo.
Una proposición atroz, sin duda. ¿Qué hará el Primer Ministro? Además del dilema moral de someterse a semejante humillación para salvar la vida de otro ser humano, está el tema de la cobertura nacional del suceso, y el morbo de la posibilidad de que tal hecho suceda. La acción de la prensa, las redes sociales, la increíble velocidad a la que se transfiere la información hoy día y el extraño gusto por el morbo que presenta el ser humano, es el eje centra de este episodio. Particularmente, este es uno de mis episodios favoritos, y cuyo final me parece redondo en cuanto al retrato que se hace de la sociedad.
15 Million Merits, ficha en FilmAffinity.
El segundo episodio mantiene el buen nivel del primero. Asistimos ahora a un futuro donde el ser humano está obligado a mirar constantemente pantallas de televisión, en las que se le muestran anuncios o servicios que puede contratar, como determinados programas de televisión. Para contratar estos servicios, así como para el día a día (como cepillarse los dientes), hay que pagar cierto número de créditos, que se ganan pedaleando en unas bicicletas estáticas.
Aunque este episodio es el más flojo, presenta algunas ideas interesantes. Mientras que el primero narraba la influencia de las redes sociales y la información, este se centra en la telebasura, y en cierta medida, el culto al cuerpo y la sed de distracción que muestra el ser humano. ¿Qué ocurrirá cuando en este mundo, una persona se de cuenta de lo inútil que es todo este circo? ¿Qué hará, al estar obligado a formar parte de él quiera o no?
La fuerza de voluntad y la toma de decisiones personales en este tipo de situación es vital, ¿pero qué pasa cuando el abuso de poder y la intimidación es tal que te nubla tu propio juicio? ¿Qué pasa con la posibilidad de una vida mejor y las esperanzas de la gente que cree que así puede conseguir huir de una realidad acartonada.
Se intuyen también algunas referencias a la creciente deshumanización de la sociedad, que interacciona en numerosas ocasiones a través de avatares virtuales (inspirados en los Miis y similares). Este me parece realmente un tema muy interesante, ¿quién no ha estado en una mesa llena de amigos donde están casi todos con la cabeza baja tecleando en sus smartphones? No deja de ser paradójico que en el mundo actual, más interconectado que nunca, el ser humano interaccione cara a cara cada vez menos... La pena es que esta idea no se toca tanto como me gustaría, ya que el eje central gira en torno a la telebasura, los realities y la perspectiva de un futuro mejor pasando por este tipo de shows. Buen episodio en general.
The Entire History of You, ficha en FilmAffinity.
El último episodio nos presenta una realidad alternativa donde la tecnología permite grabar todo aquello que nos sucede, a través de nuestros ojos. Se puede acceder a cualquier momento grabado por nuestra mirada, cargando una especie de película en nuestra retina que también se puede mostrar a otros, así que la gente va a todos lados con un pequeño mando para controlar este dispositivo.
Los recuerdos son un tema espinoso. Obviamente hay recuerdos que a uno le gusta rememorar, momentos felices y tiernos, fiestas con los amigos, miradas cruzadas con la persona amada..., y otros momentos que no, amargos, situaciones que hay que atravesar pero que no gusta revisitar. La cuestión entonces es, ¿se puede ser feliz si no se puede olvidar?
Los protagonistas de esta historia, una pareja, acuden a una fiesta con varios amigos. Sin embargo, no todo va tan bien como parece, y acaban discutiendo puesto que el chico cree que ella le oculta algo y le puede estar engañando con otro hombre, presente en la fiesta.
A partir de aquí comienza el enfermizo revisionado del pasado, una y otra vez, mirando cada detalle, cada gesto, cada mirada, cada palabra. Una y otra vez para sacar así conclusiones, para preguntar y seguir rememorando cosas, reconstruyendo un pasado que se quiere aclarar. Las discusiones duran poco, ya que ahora no hay nada abierto a los vagos recuerdos, se puede comprobar exactamente quién ha dicho qué. El uso de esta tecnología que hace que no se olvide el pasado, que se pueda vivir revisitandolo sin parar para nuestro regocijo o dolor, muestra sus dos caras, pero parece claro que vivir en el pasado continuamente impide vivir el presente.
Los tres episodios de Black Mirror son altamente entretenidos, se pasan en un suspiro. Esta distorsionada realidad no se encuentra tan lejos de la nuestra, no es tan irreal. No viene mal por tanto echarle un vistazo, y desde luego, creo que a más de uno lo dejará pensando sobre algunas situaciones, como me pasó a mi.
Como único fallo, me parece que hay algunos momentos en los que se detecta cierta conducción en el guión para llevarte hasta donde quiere, de manera un tanto obvia y en algunos caso, facilona. Pero es un detalle menor, ya que no es la impresión general. Sobre todo, quería remarcar que ver esta serie ha sido una agradable sorpresa, un soplo de aire fresco en el panorama televisivo, siendo desde luego totalmente recomendable.
No me he leído tu artículo(sorry xD) para no spoilearme. Me bajé la serie hace unos días y no sé cuando podré verla pero todo el mundo la pone bastante bien. Los british ultimamente están que se salen con sus series(no sé si ves Dr Who pero sino, te lo recomiendo encarecidamene)
ResponderEliminarJajajaja, okis, no problem xD
ResponderEliminarHe intentado tener cuidado con los spoilers, pero bueno, si la tienes ya bajada ve la serie y luego me comentas a posteriori :-P
Dr. Who es una de mis grandes asignaturas pendientes, a ver si me pongo al día con otras y hago un hueco para empezar a verla...
Pues nada ya los he visto(pronto reseña, que hay que rellenar el blog xD)
ResponderEliminarEl 1º tiene una propuesta tan surrealista pero real a la vez que acojona. Tiene mucha tensión y es brutal.
El 2º es el más sci-fi pero para mi gusto el más flojo. La critica a los realitys es muy buena(y a la vez a los propios criticos). El final jodido tambien xD
El 3º ha sido mi preferido. Es de un malrollero total con la paranoya del protagonista y todo eso de rebobinar los recuerdos. Y que no nos extrañe que en 20 años o menos tengamos una tecnología parecida..
Jeje, estaré atento a tu reseña, pero parece que te ha gustado. A mi me encantó, una propuesta muy necesaria, dura y con un regusto amargo en sus resoluciones, todo un toque de atención.
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