Richard P. Feynman fue uno de los físicos más importantes y conocidos del siglo pasado. Ganador del Premio Nobel en 1965 por su trabajo en Electrodinámica Cuántica, participó en el Proyecto Manhattan, en el comité que investigó la tragedia del Challenger y aportó un punto de vista diferente al que aproximarse a la ciencia.
Es posible que con esta pequeña descripción el número de potenciales lectores de esta reseña se haya reducido a una décima parte, pero si seguís leyendo esto es porque posiblemente, de cierta forma os interesa la ciencia y tenéis curiosidad por aquellas personas que han contribuido al desarrollo de este mundo. Y si es así, este es un buen libro sobre un persona bastante curiosa.
No hay que temer encontrarse extrañas ecuaciones diferenciales, ya que este libro es una biografía. Comienza con un joven Feynman, que ya de niño comenzaba a experimentar en su casa construyendo distintos artilugios (y asustando a sus padres con alguna alarma creada por él), pasando por sus años en la universidad como estudiante y posteriormente como estudiante de doctorado, o su etapa en Los Alamos trabajando en el Proyecto Manhattan.
Aunque la Ciencia está presente en todo momento, ya que habla de prácticas de laboratorio o algún detalle de lo que hacían en Los Alamos, el libro está enfocado a contar anécdotas, generalmente divertidas, que muestran la visión que tenía este hombre del mundo. Generalmente uno se imagina a los físicos como ratas de laboratorio, con su bata blanca, perdidos en su mundo, con el pelo enmarañado y murmurando por los pasillos. Feynman fue contando las anécdotas que dieron pie a este libro mientras tocaba un tipo de tambor, al que se aficionó durante sus estancias en Brasil. Además, experimentó con algunos tipos de drogas como el LSD, se embarcó también en la pintura y aprendió varios idiomas. Tuvo sus luces y sus sombras, como todo ser humano, y él se limita simplemente a contarlo en el libro, casi siempre con cierto toque humorístico.
A modo de ejemplo se puede citar la parte del libro centrada en el Proyecto Manhattan. Mientras que en otros libros hubiéramos encontrado información sobre pruebas o información técnica sobre el proceso de desarrollo de la bomba, lo que nos encontramos aquí es una divertida historia acerca de cómo se dedicaba a forzar las cajas fuertes de la instalación. En una instalación militar con un proyecto de tal envergadura y secretismo, él se dedicaba a saltarse a la torera el protocolo de seguridad de esa forma. Al principio por necesidad, por no perder tiempo y estar en continua urgencia, otras para demostrar la inutilidad muchas veces de esas cajas fuertes, y luego ya por afición, consiguiendo tener bastante reputación en el tema.
Me ha parecido un libro muy entretenido, y Feynman me ha resultado un personaje fascinante, así que más adelante me haré con los otros libros que escribió. Os dejo con un vídeo inspirado en sus charlas y entrevistas, perteneciente a la serie "Feynman Series".
Suena bien, lo apunto en la WL. Gracias por la recomendación :D
ResponderEliminar“Comienza con un joven Feynman, que ya de niño comenzaba a experimentar en su casa construyendo distintos artilugios (y asustando a sus padres con alguna alarma creada por él)” esto me dio risa porque me recordó que cuando era niña me la pasaba intentando dar con “crear” una sangre falsa que pareciera muy real, y si lo logre, y así le metí sustos a mis amas…. Luego si me salía sangre de verdad XD, que tiempos aquellos, bueno, menos los golpes XD.
Jajaja, pobres padres, la de sustos que se tuvieron que llevar xDDDD
ResponderEliminarSobre Feynman... fue todo un personaje. No comparto con él todo lo que hizo (ni es la intención del libro), pero sí transmite esa curiosidad innata a los científicos, ese ansia de saber más, y hay algunas situaciones bastante divertidas.