Argo es una película de ciencia ficción producida en 1980 y basada en un desértico planeta, siguiendo la estela que había dejado unos años antes el estreno de Star Wars. O eso debería haber sido, ya que en realidad fue todo un montaje. Ben Affleck nos trae esta película, que usa el mismo nombre, para contarnos una historia basada en hechos reales que sucedió durante la crisis de los rehenés en Irán, en 1979.
En ella se nos cuenta el plan de la CIA para sacar del país a 6 estadounidenses que habían conseguido escapar de la embajada cuando estaba siendo tomada por el pueblo iraní, y que consiguieron ocultarse en la casa de un diplomático canadiense. Para ello mandan a un agente (Tony Mendez, interpretado por Ben Affleck), con la tapadera de reunirse con ellos y fingir que están mirando localizaciones para una película, intentando regresar todos juntos.
Si una cosa me ha gustado de Argo es el ritmo que tiene y lo bien que consigue recrear una sensación de tensión constante, agobiante. Y lo consigue, con algunas excepciones que luego comentaré, mediante una estupenda recreación del ambiente que se respira en la ciudad. Logra sumergir al espectador desde el primer minuto sabiendo de la situación de extrema hostilidad que se estaba viendo, y el peligro que podrían vivir esos ciudadanos, así como los canadienses, si los descubren.
La película tiene varias partes, un poco en la línea de las películas de timadores (presentación, ensayo y ejecución del truco), que están unidas de forma coherente y con agilidad. A destacar el sensacional inicio con la toma de la embajada, mediante unos minutos de gran fuerza y que consigue pegarnos al asiento, sentir realmente la hostilidad del ambiente. Y a pesar de la hostilidad, en este punto de la película creo que no se cae en una demonización fácil del pueblo iraní, puesto que en el comienzo se narra el contexto histórico (con algunas inexactitudes al parecer, no obstante) en el que este hecho tiene lugar; y en ese mismo contexto el gobierno americano no sale muy bien parado, admitiendo la influencia y control que tenían en la zona y que afectaron a los iraníes. Algo que negar a estas alturas sería bastante inútil, por otra parte.
Las actuaciones en general son correctas, aunque no especialmente destacables. Es un trabajo bastante coral donde no destaca especialmente ninguno de los actores principales, aunque no lo hacen mal. Y luego está Ben Affleck, en su línea habitual de inexpresividad; pero bueno, ya lo conocemos y tampoco se puede esperar mucho más de él. Sin embargo, sí hay actuaciones destacables, como las de John Goodman (John Chambers, el experto en maquillaje), Alan Arkin (Lester Siegel, que sería el director de la película falsa), o Bryan Cranston (el jefe de Mendez) que radian carisma cada vez que salen en pantalla y hacen empequeñecer a un Affleck que bastante tiene con intentar llevar el peso de la película.
Aquí hay que decir que si bien Affleck como actor es bastante limitado, su trabajo detrás de las cámaras es bastante mejor. La película es muy entretenida, y las dos horas que dura no se hacen pesadas en ningún momento, siempre estamos pendientes de la situación del equipo. Además, la ambientación está muy bien conseguida: las panorámicas laberínticas de la ciudad, el vestuario ochentero y la recreación de un ambiente hostil, con cadáveres de los leales al anterior régimen colgando de grúas, conforman una palpable sensación de agobio, violencia e inseguridad que atosiga al espectador prácticamente desde el inicio. Logramos sentir que cada vez que están en la calle, hay peligro.
Por eso creo que realmente no hacía falta inventarse nada más, o al menos, no mucho más. Algo que me llamó la atención es que llegando al final de la película, se nota la presencia de diversas escenas que, si bien algunas son plausibles, otras se nota demasiado que están con el único propósito de intentar generar más tensión todavía en el espectador. Lo malo es que esta tensión no es ni de lejos tan buena como la que habíamos sentido anteriormente, que salía de forma natural, resultando en ocasiones demasiado forzada e incluso algo ridícula. Si bien es normal que se tomen algunas licencias aquí y allí para hacer la película más fácilmente adaptable a un lenguaje cinematográfico, algunas de estas escenas del final desentonan con el tono general bastante sobrio del resto del metraje. Mención especial también para la minitrama familiar-personal del personaje interpretado por Affleck (Tony Mendez), totalmente prescindible.
Pocas lecturas más se pueden extraer de Argo, ni tampoco creo que sea su intención. Es una película de suspense que funciona bastante bien como tal y que entretiene las dos horas que dura. Es una cinta digna y con un ritmo tremendamente ágil, y en ese sentido he quedado satisfecho, siendo una película decente para pasar una tarde de fin de semana. Respecto a la veracidad, abajo dejo el artículo de Wired que inspiró el guión y que sí cuenta los hechos reales, por si alguien tiene interés pueda juzgar los cambios en algunos planteamientos y en algunas escenas.
En mi lista esta... pero el precio del cine no ayuda a que vaya a ver películas como esta XD
ResponderEliminarNo me mola demasiado lo de las escenas que comentas para aumentar tensión... pero bueno, supongo que era medio inevitable.
Es la clásica que se puede ver luego en casa al no tener ese componente espectacular..., pero la película es entretenida, si se pilla alguna oferta o sesión más barata, puede ser buena opción.
EliminarAlgunas de esas escenas que digo creo que son totalmente evitables, sobre todo porque desde la lógica chirrían un tanto. Otras están mejor insertadas, como la del bazar.
Jajaja, pues parece que hemos tenido un plan similar xDD
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, teniendo en cuenta que en muchas quinielas aparece como favorita a los Óscar, a posteriori me parece un poco excesivo. Curiosamente, el lado familiar o la fantasmada del final (si te refieres a la persecución), son inventados. Los peores momentos de la película coinciden con partes inventadas en un intento de darle más tensión, o un trasfondo al protagonista que no hacía falta. Y sobre Affleck, pues lo que dices, muy insípido. Nunca ha sido su fuerte la actuación, es un actor muy limitado y que transmite bien poco.
Pero bueno, en general es una peli entretenida y con muy buenos momentos, y una tensión generalmente bien conseguida.