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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Jinrui wa Suitai Shimashita

Jinrui wa Suitai Shimashita (Humanity has Declined es el título en inglés) es un anime de 12 episodios estrenado en la pasada temporada de verano de 2012, que adapta parte de una serie de light novels de Romeo Tanaka, de las que se han publicado hasta la fecha siete entregas. En lo que respecta al anime, está producido por AIC A.S.T.A., una subdivisión de AIC que ya se encargó de la adaptación animada de Persona4 o Bamboo Blade. 

En la dirección de la serie tenemos a Seiji Kishi, que también estuvo a los mandos de Persona4, Ragnarok the Animation o Seto no Hanayome, y que por delante tiene la adaptación en forma de película de la otra novela de Romeo Tanaka, Aura: Maryuuinkouga Saigo no Tatakai, que también gira en torno a la temática fantástica.

En la serie que nos ocupa, se nos plantea un futuro donde la humanidad ha reducido considerablemente su número de habitantes, quedando pocos de ellos sobre la Tierra. Esta está ahora cubierta de vegetación, que cubre algunas de las ruínas de la humanidad, viviendo en pequeños poblados y de forma sencilla. Simultáneamente con el declive de la humanidad como especie, han aparecido las hadas o duendes, unos diminutos seres con un gran interés por los dulces, que ahora viven también en el planeta y con poderes para hacer lo que les plazca. Para entablar relaciones entre ambas especies está la figura del mediador, puesto que recaerá en la joven Watashi, que vuelve a su pueblo para tomar el puesto de manos de su abuelo.

Hay que partir de la base que la serie tiene poco interés (al menos en este punto) en contarnos por qué la humanidad ha llegado donde está ahora mismo, lo que demuestra toda una declaración de intenciones: esto no es un anime de ciencia-ficción post-apocalíptico donde nos explica qué nos ha llevado hasta aquí y nos intente prevenir de ciertos errores en el presente. Tenemos una serie eminentemente episódica, salvo por su tramo final, que nos cuenta varias anécdotas de la vida de estos lugareños y su convivencia con estos duendes. En definitiva, un slice-of-life un tanto surreal, y que no puede ser tomado muy en serio.

El surrealismo empieza en los primeros minutos del primer episodio, y uno nunca sabe qué se puede encontrar. Para que os hagáis una idea, cuando digo surrealista lo digo en nivel: pollos desplumados sin cabeza que fuman puros y forman una especie de organización yakuza o similar que quiere dominar el mundo, o un robot con forma de pan que "sangra" cuando se le sale el relleno. La serie juguetea también con bucles temporales, la inteligencia artificial o elementos narrativos como meter a los personajes en una especie de manga en blanco a modo de videojuego. Este enfoque provoca que haya momentos más o menos inspirados (no toda ida de pelota es entretenida), y que también sea más o menos difícil de seguir, ya que no hay un hilo conductor claro.



A este aire extraño colaboran los duendes, como no podía ser de otra forma. Unos seres visualmente adorables puesto que siempre tienen una expresión como de risa y una voz divertida, pero que de vez en cuando tienen unos diálogos que le dejan a uno descolocado, aportándoles un punto inquietante. No parecen tener motivaciones más allá de la pura curiosidad, y son el catalizador de casi todas las situaciones extrañas que le ocurren a Watashi.

En lo que respecta a los personajes no hay mucho que comentar. La serie se centra principalmente en Watashi en su papel como mediadora con los duendes, y el resto tiene un papel bastante secundario, teniendo alguna aparición algo más importante en algún episodio suelto. La protagonista cae en general bien y compartimos con ella ese aire de incredulidad ante las situaciones rocambolescas que tienen lugar en la serie. De los secundarios destacaría a Y, toda una fan de los manga que nos proporciona el que para mi es el episodio más divertido y de la que podremos conocer un poco más en los episodios finales, que sí forman un arco narrativo algo más extenso. El abuelo y el asistente tienen un papel bastante testimonial, aunque el asistente tiene un episodio dedicado bastante extraño.

Por último quería destacar la animación. Si bien los anteriores trabajos me habían parecido bastante normales o incluso mediocre como en el caso de Persona4, debo decir que me ha encantado la animación de esta serie. Quizá no destaque mucho en el diseño de personajes, que es correcto, pero sí en el uso del color por ejemplo, empleando unos tonos muy suaves y agradables, y además mostrando sombreados y efectos de luz con un estilo bastante inusual y original; a mi me ha recordado a los libros de ilustraciones de fantasía, algo que pega muy bien con la esencia de la serie. Es un estilo que había visto en algunos animes de forma aislada para contar alguna parte muy concreta, pero no de forma habitual durante todo el metraje.

Jinrui wa Suitai Shimashita es una serie bastante curiosa pero no es fácil de recomendar, dado el carácter surrealista que tiene y las peculiaridades del humor de cada uno. Personalmente me encanta el humor absurdo, y a pesar de eso creo que tiene partes más inspiradas que otras y por tanto algunos momentos que se hace un poco más tediosa, pero al final a mi me terminó gustando. Ya únicamente a nivel de animación merece la pena echarle un vistazo, y luego tras experimentar el primer episodio ya podéis tener una idea (más o menos) de lo que os vais a encontrar. Al menos es una propuesta diferente.



2 comentarios:

  1. es de esas tan raras visualmente que la tenía apuntada.. y por lo que veo es rara en todos los sentidos.

    Quiero verla, pero supongo que no es una de esas series de ver por ver, que tienes que estar bastante preparado y saber muy bien lo que vas a ver.

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    1. Yo te diría que sí, que mejor asumas que vas a ver una frikada, aunque yo no me la esperaba así y me sorprendió gratamente. Es muy absurda, pero sé que a ti te gusta el humor absurdo y hay ciertas cosas que creo no te van a descolocar tanto, pero es algo irregular en algunas partes.

      No es para darse una maratón, pero estuvo bien para desconectar una vez por semana.

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