
Última película de Danny Boyle, director del que había visto la sensacional Trainspotting y la bastante interesante 28 Días Después. Además al tocar un tema de ciencia-ficción y encima relacionado con las estrellas y demás me pareció lo suficientemente interesante a priori como para verla, aunque no pude ir al cine.
Y pasa algo curioso con esta película. La primera parte muestra una premisa interesante aunque nada explorada y muy típicamente resuelta. No se explica nada del por qué pasa lo que pasa, aunque se puede suponer que ni ellos mismos lo saben.
La cinta nos introduce rápidamente a los personajes, que son más o menos los estereotipos que uno cabría esperar de este tipo de películas, y como digo las situaciones van ocurriendo siguiendo un patrón clásico, de modo que cualquiera que haya visto un par de películas catastrofistas sabrá rápidamente lo que sucederá.
Y ahora la segunda parte. Hay un momento en la película en la que tiene lugar un cambio de registro tremendo. No quiero revelar nada, pero no me parece que esté bien conseguido el cambio y esta segunda parte me parece bastante cutre, tanto por lo que pasa como por la forma de contarlo.
A partir de aquí, el ligero interés que tenía en un principio se esfumó por completo. Totalmente prescindible.
Nota: 3.