
Cada vez me gusta más Kurosawa. En Los Siete Samurais pude apreciar por primeva vez la épica con la que este genial director es capaz de dotar a sus historias; con Barbarroja me maravillé con las posibilidades de una sencilla historia, disfruté con Ran y ahora, con Dersu Uzala.
Una historia sencillísima sobre unos exploradores rusos que conocen a Dersu, un hombre que vive en el monte, y que les hará de guía. Dersu es de esa clase de gente que tiene una sabiduría adquirida por la experiencia, curtido por los vaivenes de la vida en unas condiciones durísimas.
Y sobre todo, Dersu Uzala es un canto a la amistad pura, aquella que nace cuando no hay intereses, cuando hay que colaborar codo con codo para salvar la vida en una situación de peligro, y que dura para siempre.
Kurosawa, a través de un ritmo pausado y tranquilo, nos mete de lleno en la intemperie, donde podemos ver el respeto que se gana nuestro protagonista entre los exploradores debido a su infinita sabiduría.
Es una película sobre la vida misma, con las cosas buenas, las malas y lo inevitable. Es imposible no cogerle cariño a este anciano.
Todo lo demás, actuaciones, música, planos..., en definitiva, la técnica, cumple su función perfectamente, mientras asistimos sin darnos cuenta durante toda la cinta a esta sencilla y emotiva historia. Eso sí, aviso que no es cine fácil, por lo que no la recomendaría abiertamente.
Nota: 9.