La Espada del Samurái

Dirigida por Yojiro Takita, que cuenta con una relativamente extensa filmografía de la que no me suena nada, tenemos una película histórica sobre samuráis en el momento en el que sus horas estaban ya contadas.

Kanichiro Yoshimura es un samurái que termina trabajando para el Shinsengumi, la célebre facción japonesa; allí se ganará la vida mientras intenta mantener a su familia.

La historia se nos cuenta a modo de flashback, y para mi gusto tiene un ritmo lento en exceso y la duración le acaba pesando. Otro defecto que le vi es que se recrea en exceso en ciertas escenas, supongo que con el fin de darle más énfasis, pero queda sobrecargada y estirada.

Salvando estos detalles, la historia en sí es bonita. Como nos la presentan de esta forma, iremos conociendo el pasado del personaje a medida que avanza la historia, y de apenas simpatizar con él podemos cogerle cariño al final. Yoshimura es el protagonista absoluto de esta película, todo gira alrededor de él, su pasado y su motivación; y es precisamente este actor lo que más me gustó de la película, junto con la ambientación histórica.

La música me gustó mucho, y luego descubrí el por qué: el compositor es el magnífico Joe Hisaishi, que pone su talento a disposición de las obras del Estudio Ghibli.

Un punto curioso para los lectores de manga es la aparición de personajes históricos, que también se pueden ver en obras como Shinsengumi Imon Peacemaker, editada por Ivrea, como Saito (creo que este salía, sino con un nombre parecido), Hijikata o Kondou. Y otro punto curioso es que aparece Itoh Atsushi, el protagonista del dorama Densha Otoko.

Es una historia en general entretenida aunque tediosa a ratos; a los que sientan interés por este periodo histórido les puede gustar.