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miércoles, 24 de abril de 2013

Amor (Amour)

Amor, de Michael Haneke, es una de esas películas que apunté cuando comencé a leer las primeras reseñas tras su estreno. Estrenada el año pasado, se llevó el premio a mejor película en el festival de Cannes, así como el de mejor película de habla no inglesa tanto en los Oscar como en los Globos de Oro.

Pero como decía, más allá de los premios de la crítica me llamó la atención la casi unanimidad de las reseñas leídas, así que me pareció una buena oportunidad para iniciarme con la filmografía de Haneke.

La película nos presenta a una pareja de jubilados, Georges y Anne, que vive en París. Ya cumplidos los ochenta años, siguen llevando una vida tranquila y pacífica, compartiendo todo el tiempo del mundo. Pero un día Anne sufre un infarto y pierde la movilidad de un lado de su cuerpo. Este hecho pondrá a prueba a la longeva pareja, que tiene que manejarse como puede.

Amor no es una película fácil, ni agradable. Es una película tremendamente dura y difícil de digerir, y extrañamente, también desprende una calidez  y cariño innegable en la mayor parte de su metraje.

Es una película que trata sobre su título, sin más rodeos. Ni más, ni menos, y no es en absoluto poco, teniendo en cuenta que es una temática en la que es muy fácil caer en la sensiblería o en una trama facilona. En las dos horas que dura esta película se puede asistir a toda una muestra de amor y cariño, representada en la pareja protagonista. Una pareja que se ha mantenido junta después de tantos y tantos años, que seguro que ha vivido innumerables vicisitudes a lo largo de su vida y que sin embargo, son felices de seguir compartiéndola, toda una representación del amor en los buenos momentos. 


Y ahora, esa pareja tiene que afrontar un duro golpe, y este será la representación en los malos momentos. Porque se nota el cariño de Georges cuando hace todo lo que puede por ayudar a Anne, a pesar de su cabezonería. O del de Anne por Georges, cuando sabe todo el peso que le está poniendo sobre los hombros y cómo intenta evitarlo en la medida de lo posible, aligerando la carga.

Esta es una película intimista, llena de encuadres cercanos y de momentos que parecen no aportar gran cosa, pero que consiguen que nos sintamos como si estuviéramos mirando la vida de esta pareja desde una pequeña ventana en su vivienda. Escenas que no tienen otra función más que aportar esa sensación de cotidianidad tan difícil de conseguir en una duración de dos horas, y que aquí está más que lograda. A nivel técnico, comentar que me resulta bastante meritorio rodar casi toda la película con la casa de la pareja como único escenario, y que no resulte especialmente agobiante o tediosa, aunque sí que me parece que alguno de los planos son excesivamente largos.


A la cercanía que transmite la película ayudan mucho los actores, por supuesto. Jean-Louis Trintignant (Georges) y Emmanuelle Riva (Annes) están sensacionales en sus respectivos papeles, proporcionando unas interpretaciones tremendamente naturales y cercanas de sus respectivos personajes. Ellos dos solos se bastan y se sobran para mantener una película que por otra parte, cuenta con pocos actores, dadas las circunstancias, pero que no da sensación de necesitar más de los que ya tiene.

Y como decía al principio, Amor es una película dura, muy dura. Hemos visto aproximaciones más amables a este tema, pero esta supone un bofetón de realidad a la idea de que la muerte acecha, y de que es inexorable, sobre todo cuando uno se acerca a cierta edad. Y por si no fuera poco, aprovecha esta situación para plantear otras cuestiones más difíciles si cabe, donde los protagonistas toman decisiones que les posicionan en temas complejos y delicados, y que desde luego pueden suscitar un gran debate.

Es una gran película, técnicamente impecable y que retrata con mucho mimo la relación y el cariño de este par de ancianos, adorables pero cabezotas. Pero no es recomendable. Es una película que a mi por lo menos se me hizo bastante dura por su temática, por lo que no se le puede decir a alguien que se ponga con ella para ver qué le parece. Como ya he comentado en otras ocasiones, es una de esas películas que uno tiene que ver por propia voluntad, sabiendo muy bien a lo que va a enfrentarse.


6 comentarios:

  1. Pues si te digo la verdad, no sabría decirte si me gustó o no. Es cierto que es bonita y tierna, pero no puedo decir que pasé un buen rato viéndola. Porque, sobre todo hacia el final, lo pasé fatal. Y es que vien la temática que trata pues no es nada menos.

    Coincido en tus elogios a la hora de usar un único escenario. Aunque eso sí, la escena inicial en el teatro me parció sublime. Y también coincido en que, en ocasiones, peca de algunos planos largos. Eso sí, el final me encantó. La forma de construirlo e hilarlo me pareció muy interesante.
    Por otro lado, todas la sinterpretaciones me han encantado. Creo que ambos lo hacen realmente bien, es más, me pareció totalmente creíble.

    También, creo, como tú, que es una película para ver, sabiendo a lo que se va.
    ¡Besos!

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    1. Yo al menos siempre separo ambas cosas, y por lo comentarios que haces, diría que te gustó la película como tal, lo que no te gustó fue pasar luego un mal rato :) Es de esas películas que la ves una vez y piensas que es muy buena, pero no te apetece repetir visionado (como La Tumba de las Luciérnagas, por ejemplo).

      Se me había pasado por completo la escena del teatro, ¡es verdad! Quizá la única excepción a la casa, pero no me atrevo ya a asegurarlo, vista mi mala memoria. Y el final es dolorosamente magnífico, su construcción a lo largo de las dos horas es impecable, sip.

      ¡Besos!

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  2. A Haneke le tengo ganas (Funny games ya sea la original o la yanki o la de los nazis de hace poco) pero es un director algo duro y hay que estar motivado para visionar su obra.

    Hablando de La tumba de las luciernagas, la vi el verano pasado y muy buena pero no creo que repita. Que tristeza :(

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    1. Funny Games la tengo apuntada, a ver qué tal.

      Coincido contigo en lo de La Tumba... con el agravante de que yo ya la he visto dos veces. Muy especial tiene que ser la circunstancia para que la vea una tercera.

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  3. Soy de lagrima fácil. No me atrevo a verla por el miedo que me da las consecuencias, el dolor de cabeza tras las lagrimas derramadas es horrible.

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    1. Es una película bastante durilla emocionalmente; si no quieres pasar un mal rato mejor que no te pongas con ella, sí...

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