Estrenada en el 2005, dirigida por Kim Young-jun (su segunda película tras Bichunmoo en el 2000) y protagonizada por Choi Ji-Woo y Jeong Ho-bin.Un príncipe heredero que vive exiliado es el último de su sangre, por lo que dos facciones rivales le buscan: unos para llevarle al trono como su legítimo dueño, y otros para matarlo y así poder ocupar el trono.
Película coreana al estilo de las archiconocidas Hero o La Casa de las Dagas Voladoras, pero que en mi opinión no tiene ni el gusto ni la puesta en escena de la primera ni la historia emociona tanto como en la segunda.
Es entretenida y de duración justa. Tiene algunas buenas peleas, sobre todo las protagonizadas por la protagonista femenina.
La historia no es nada del otro mundo y es predecible, aunque sirve para conducir la película. De todos modos, queda un tanto fría la historia, al igual que ocurre con los personajes.
En los personajes eché en falta algo más de profundidad, que mostrar un par de flashback de un par de minutos no vale (como el último, que explicaba la relación entre los protagonistas y queda algo tramposo así mostrado). Y el malo no me ha gustado nada, ni su actuación ni sus combates, en especial el último, que tenía que ser el mejor y me resultó bastante decepcionante.
La banda sonora cumple en líneas generales, y tiene algunos temas bastante buenos.
La impresión final que tengo es que, aún habiendome entretenido por las batallas, se podría haber aprovechado mejor y se podía haber hecho una mejor película si se hubiera atendido a otros aspectos, como un mejor desarrollo de la historia de fondo o la de los protagonistas.
Nota: 6.
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